martes, 28 de agosto de 2012


CUMANANAS DE LA FLORA DEL BOSQUE


 

Quisiera ser gavilán,
para muy rápido volar
y picar aquel mortal
que se acerque al charán.

 



El poder del hualtaco
al algarrobo se lo van a pasar,
para a los hombres hinchar
cuando lo quieran talar.
 


Los árboles del páramo
esperan la lluvia día a día,
para empansarse de agua
y aguantar otra sequía.

 

El hualtaco es terco y receloso,
el cardo fuerte y valeroso;
el algarrobo verde y frondoso
y el ceibo grande y hermoso.
 


Cuando veo el ladrillo rojo
me duele el alma y el coco,
pensando que al horno se van
los leños del guayacán.

Allá cerca del algarrobal
hay una planta de charán,
pero no la pueden talar
porque su guardián es un alacrán.
 


Los panaderos del lugar
con gas deberían hornear
el delicioso y nutritivo pan
y dejar tranquilo al charán.

 

Arriba de ese cerrito
hay un sapote verdecito,
donde se sienta don Benito
esperar a su amorcito.
 
David Torres Celi



No hay comentarios:

Publicar un comentario