domingo, 16 de diciembre de 2012

LA GOLONDRINA Y EL CANARIO

LA GOLONDRINA Y EL CANARIO






(CUENTO)


 
           Era verano y desde la sombría estancia  de  un balcón, un canario, contemplaba desde  su jaula, el trascurrir  fatigoso  de  la vida, renegando de  su pobrísima existencia y proclamando al viento su soledad,  decía:







          - ¡Mi vida es un calvario!

          - ¡Un laberinto!
          -Un tedio implacable ahoga mi alma.  -¡Mi destino es tempestuoso!
          - ¡Añoro mi libertad!.....


            - No escuchando respuesta, con voz encolerizada reclamaba:
          - Díganme  jueces prevaricadores y fiscales pendencieros:
          - ¿Qué delito mísero cometí?
          - ¿Qué ley he quebrantado,  para merecer esta condena?


           Este lamento jadeante fue oído por una misteriosa golondrina, quien llegaba de un largo peregrinaje, detuvo su marcha, acercose contemplativa y con voz queda le dijo:


          -He escuchado apenada tus súplicos,  siento derretir  mi corazón, han golpeado con garrotes mi cuerpo y mil cuchillos han atravesado mi alma. Me han causado pasmoso dolor.

          - Sí, sí, acentúo el canario - la nostalgia  atraviesa mi garganta con filosos cuchillos  - me devoran mil pesares - mi mayor satisfacción es la de la  muerte.


           - ¡Qué dices!   Exclamó  la golondrina  


           -¡Te estás inmolando!

          - Sí,  prefiero la muerte a seguir encerrado en esta prisión,  - muchas veces  pasa  tiempo, para que los muertos se den cuenta de su realidad. - respondió  sabiamente  el  canario.


       - Golondrina ¿Qué puedo hacer para recompensar tu sufrimiento?

      - Nada, nada…


         La otra noche, díjole el canario a la golondrina  - Entre sueños escuché un eco con voz de mujer que me decía:


 Allá en la inmensidad hay una estrella que parpadea latente y casi imposible de
avizorar, donde las flores son estampidas de colores y perfumes, la primavera refulge otoñal con su belleza a cada instante, el mar emocionado y juvenil ataviado de turquesas y esmeraldas se mueve sosegado, los peces con alas de plata surcan el aire en bandadas con gansos y colibríes. Un lugar, donde los bosques entusiasmados  retozan en aguas diáfanas de ríos embelesados, el dolor son carcajadas de caricias y donde   existe un mundo sólo de niños jugando con su inocencia.


         -  Pero no puedo ir a buscarla,  mis pesadas cadenas me lo impiden.


          -  !No desesperes!


          -  !No te mortifiques!   Asuntó la golondrina.....
          - Por siglos, he tratado de encontrar esa quimera, pero es esquiva. - He llevado mi vuelo por  muchos  rincones del espacio, doblando todas las  esquinas del tiempo, averiguando en  los jeroglíficos  egipcios,  las profecías mayas y los quipus precolombinos… - He desempolvado papiros, escudriñado la biblia; también le he preguntado al viento, a la luna,  a las estrellas, a charlatanes, brujos y chamanes. Me propuse avistar con  ufólogos las dimensiones más allá de nuestro universo. Todos y todo enmudecen ante  mi inquietud......


            - Mi osadía por encontrar ese umbral, - prosigue la golondrina, - me llevó hasta el escapista  Haudini, quien me dijo:


           - Mis secretos están guardados bajo siete llaves, en una pequeña ostra, bajo un mar de témpanos. - Será imposible que los encuentren.


          - Quise desentrañar los secretos de los caminos que me lleven a esa dimensión desconocida y fui en busca del poeta Machado. - No hay pasos sobre los caminos perdidos, me contestó, no es posible,   los caminos  han sido muchas veces andados, ¡Ya no hay huellas que te puedan guiar!  Te puedes extraviar.


           - A Garrid,  lo encontré ensimismado en  sus delirios con la miseria humana, conversando en los panteones, con tumbas y mausoleos, - me dijo balbuceando: - La vida es un torrente de  alegrías y llantos, sólo los muertos dan la paz y la catarsis ansiada.

            - Al coronar el monte del Olimpo,  Zeus, el dios griego me clarificó:  

            - La libertad, es una estela invisible que dejan las aves al volar, una hoja seca en un torbellino de tempestades. - Es la panacea que con su encanto seductor elucubra falacias. Son placeres del delirio. Nadie ha podido encontrarla. 

              






              - Sí, sí, es verdad, enfatizo el canario. - ¡La libertad no existe! - ¡Es una constancia absurda! - Unas esperanzas aniquiladas. - Son alas blancas  en el viento, un velero a la deriva en medio de bravos torbellinos. Son equipajes con enormes rocas de  emociones,  que hacen de la existencia, psicosis obsesivas de negras opresiones. - Lo que mueve nuestras vidas son los sueños, mientras sueñes serás libre, - ¡sueña! 

            - ¡Nunca dejes de soñar!

           - Golondrina,  - ¡Eh  ahí,  la belleza de la filosofía!...


           Embelesada,  con  su delicado canturreo,  musita:


         - ¡Eres bello, como un príncipe!  - Tu alcoba es dorada, es tu plumaje un manto de color verde como la hoja del limón, amarillo como el haz  del arco iris, maquillan la curvatura de tus alas, incrustaciones de diamantes negros,  elevando al clímax tu vistosidad.


           - Tus ojos negros, son fulgores en la marea profunda de las tinieblas, flautines, tu  silbido melodioso, que entona obras  líricas maestras.


           - ¡Eres un trofeo! 

                                                       
           - Es injusto tu cautiverio, es la maldad coexistiendo con el egoísmo, pero también es injusta  la miseria humana, que se endiosa en opulencias y destierra la dignidad al sufrimiento impío. - ¡Eso es perverso!  Concluyó.

           El canario asombrado,  gorjeó: - Eres un ángel,  los astros se derrimen ante tu figura y glorifican tu sapiencia con centelleos perpetuos.


          - No, no  -  contestó la golondrina, mis desgracias son más grandes que las tuyas,  eres la inocencia de mi lado enigmático.


           - Soy desdichada,  mi apariencia es lúgubre. Por mi  pecho  flamea el color blanco humo  espantoso que mancha el aire.  Mis alas y mi cuerpo oscuros son fantasmales, nadie desea tenerme en una jaula, me parezco a la muerte. No me atormentan las miserias,  ni los quebrantos de la vida;  la vanidad no es mi dueña, me acurruco en los espejismos de la humildad.  Soy presidiaria de mis temores.


           Canario, - brillas más que  lucero, vales más que los cofres con los tesoros más codiciados. Tienes la grandiosidad de haber desafiado la crueldad, pues tu pico   arrancó las espinas al hijo del Creador, mitigando su calvario, siendo acreedora a la nobleza y sabiduría de su espíritu. -Tu fama  ha desafiado los siglos, has sido musa de hombres prodigiosos que se inspiraron en tu estampa y te han inmortalizado,  poniéndole a la palabra  y a la pintura floreos encantadores, recubiertos de amores, naufragios, tragedias y  esperanzas.  - ! Tienes alma buena!

              Y reflexionando al infinito,   el canario aseveró: - ¿Tiene sentido poseer valores estéticos y morales, si desdeñan y convierten nuestras vidas en harapos desteñidos y despreciables?

             La golondrina enardecida declara: - ¡Es injusto!  - ¡Infame! - ¡Indigno! - Todo es  engaño, hipocresía. Hasta tu propia sombra  te puede herir. - Sólo la muerte es verdad, lo demás es mentira, falsedad.

              - ¡Me has emocionado!  - ¡Serás libre!..... 

             Antes de que el día muera la golondrina entró al balcón, y sin despertar sospechas, esperó pacientemente el trascurrir del tiempo,  preparándose para la batalla se sacudía envalentonando su cuerpecito.

             Su pico chillaba con furia, sus patas gruñían, sus alas se extendìan, cual   cóndor mostrando su señorío en las alturas, para calar el acero frío y mísero de los barrotes,  que osaban poderosos y misteriosos.  ¡Era una lid desigual! 


            El ave  blanquinegra, batía sus  alas y parándose en el aire  hundía su pico una y otra vez, mientras con sus patitas  destrababa la puerta del coso. Dentro de la jaula, el canario  desgarraba su garganta, arrancando melodías épicas de trompetas, animando y excitando el ánimo  rebelde de la avecilla, que desesperada enfrentaba  la mole.

             La lucha, tornose cruenta, eran dos gladiadores con un solo corazón, arrancándole a la vida su último grito,  luchando a morir.

             La noche amanecía silenciosa y preocupada, los valientes pajarillos yacían sin vida. Habían muerto en el intento…


             La dueña, una viejecita,  al ver el cuadro desgarrador  le cayó un rayo de dolor. Un estallido de tristeza inundó su corazón, y sollozando con el alma muy apenada decía: -¡Qué bello era mi pajarito!  - ¡Qué lindo trinaba! , - ahora la soledad saltará como saeta sobre mí y me aprisionará, llegará avasalladora la congoja. - ¡No podré soportar! – Moriré de pena…
             A lo lejos se oyó, un murmullo de melodías seductoras,  que corrían con la brisa, esparciendo su tierno y divino silbido  por todo el pueblo. Era el flautista de Hamelín, quien con paso lento avanzaba a su encuentro.  Al verlos, se detuvo y  envolviéndolos con el dulce encanto sonoro de su flauta, marchose con ellos,  por un abra del firmamento, rumbo a un mundo encantado, un mundo rosado lleno de sonrisas sempiternas para gozar de la belleza de la libertad.
   
              
Profesor:  David Torres Celi
David_tumbes@hotmail.com
composicionesecologicas.blogspot.com/
Tumbes  -  Perú





1 comentario:

  1. Hermosa manifestación de libertad, uno de los dones mas preciados del ser en su contexto.
    Siempre he afirmado "es mejor perder la vida que perder la libertad" . En esta afirmación he basado mi vida, por tal motivo no concibo actuar con mentiras, que son la base de todo lo equívoco en la vida. Desde la humildad de mi corazón, TE FELICITO DE VERDAD, aunque imagino, en tu andar habrán recibido las mejores calificaciones por tus manifestaciones de arte. Un abrazo grande.

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