GAVIOTA
Poema
En tu belleza
marquesina
Se abocetan siluetas cadenciosas
De
eternidades, de silencios
De paisajes, de
tiempos sin destino.
Tu cuerpo, como
naves corsarias
Atraviesan
turbulencias agitadas
Olas danzantes y
vientos caprichosos
Que se pierden entre las nieblas extraviadas.
En tu paz
inocente, silenciosa
Nacen y mueren
secretos y misterios
La tristeza de las
Nereidas
Varadas en pasiones
prohibidas.
Bajo tu manto el
porfío del arrecife encantado
Se atolondra
queriendo a la ola alcanzar
Y la luna emocionada se embriaga
Seduciendo al
viejo mar.
En tu paraíso de
aromas extraños
De corales y oasis
hipnotizados
De peces luminosos con escamas de perlas
El viento exhala
su aliento marfil.
Se regocija el
rocío, se acaricia la bruma
El sol tuesta con
sus rayos
Flemáticos,
envejecidos y necios
La arrogancia
gélida de mares delirantes.
Tus alas de
pétalos de rosas blancas
Con velos de tul,
plata y zafiros
Navegan en nubes
montadas en potros brillantes
Arrulladas por el
canto de cielos azules.
En tus alas de
gacela, de luz y penumbra
Se acaricia el
ensueño del crepúsculo fugitivo
Que emocionado
atiza la arrebola
Quien sonrojada se
desgaja en coqueteos.
En tu piel
primitiva, envejecida y ultrajada
Por olas del mar
embravecido
Nieblas eternas y
horizontes mustios
Susurra el
espíritu del naufrago aventurero.
Por tus venas el
estero en torrentadas
Confiesa sus
idilios sacrílegos con el mar
Y en tu pecho la
neblina inquieta
su delirio por el
rayo matutino.
Tu canto son
estribillos de tristeza
De la sirena
herida de amor
Que enciende
fogatas de ternura
Y diluvios de
pasiones hambrientas de pecado.
Son tus ojos
noches bohemias
Gemas
alquitranadas
Que alumbran con
el destello del lucero ermitaño
Los anhelos del
caracol y las pasiones de las almejas.
En tu voz tan hermosa, tan errante, tan eterna
Retumban los
oleajes como clarinadas proféticas
Buscando
desesperada la libertad
En las voces rojas
de pájaros iluminados.
De tu corazón
martirizado
Se esparcen
pétalos de girasoles combatientes
Con fragancias a
rabia y mortaja
Y ríos
sedientos en busca de cascadas salvajes.
Gaviota, desde el
fondo de tu alma,
Brotan graznidos
broncíneos
Gritos renegados
de sueños y esperanzas
De cadenas
amotinadas con hambre de libertad.
Hermosa composición poética, tu amor por la naturaleza te inspira.
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