viernes, 22 de agosto de 2014

¡DESPIERTA POETA!




Cautivado por la primavera  y la  hermosura de su encanto,
La risa de la cigarra, de la rosa su fragancia prodigiosa,
el suplicio  del árbol herido,  su afligido quebranto,
la angustia de la naturaleza   y su penitencia clamorosa.

El griterío del silencio, el abra fugaz  de las eternidades,
el alma triste de la gardenia, del gorrión su dulce canto,
el lamento de la chumbera, del diamante sus  frivolidades,
la narcosis de la amapola, y del abrojo su atormentado llanto.

La fragua jubilosa donde se rizan los hierros,
el rito sagrado donde el cielo consuela sus temores,
la magia  del sosiego de tempestades,  de ríos fieros,
el ensueño del sol, galanteando a la luna con pétalos de flores.

La candidez del rocío  y su esencia misteriosa,
el raigambre del picaflor y el enigma de su moldura,
el trocar misterioso del capullo en resplandeciente  mariposa,
el vuelo  nacarado   de la gaviota  y su delicada ternura.



Entre silencio y mi voz hago un  llamado porfío,
al poeta, príncipe cancerbero del amor,
 del sosiego del alma y de la pasión su algarabío,
aliviane a la vida su angustiado dolor.

Y  se levanten enfurecidos los guerreros de su alma rebelde.
Que en sus versos, se consagre la queja y el calvario de los bosques.
Que palpiten como llaga viva la agonía de sus eternos gemidos.
Que calmen el llanto de la naturaleza y su profundo martirio.

Que vibre con rabia el corazón de su pluma amotinada,
que de la tinta envilecida con dagas filudas y vidrios acerados,
sangren  los versos por la vida y rompan las cadenas de la indolencia,
para que la rosa siga perfumando y el pájaro siga cantando.



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